jueves, 3 de junio de 2010

consecuencias de la pobreza


La pobreza es una presencia constante el Latinoamérica y tiene consecuencias económicas, políticas, sociales y de seguridad. Es necesario superarla con políticas de crecimiento y distribución adecuadas.


En el tránsito de toda la historia latinoamericana, bajo diferentes regímenes económicos y políticos, la cuestión de la pobreza está siempre presente. En el pasado medio siglo, la industrialización que experimentaron muchos países, especialmente a partir de la segunda posguerra, dio origen a asalariados de mejores ingresos y a una importante clase media. Pero junto a esos sectores dinámicos siguieron existiendo poblaciones pobres, en muchos casos marginadas de los circuitos de la educación y el consumo.


Las reformas de los años ochenta y noventa contribuyeron a la modernización de algunos sectores económicos, pero una franja importante de la población, en la mayoría de los países, quedó al margen de tales beneficios. Las crisis económicas y financieras agravaron esta situación. En la actualidad América latina tiene una distribución del ingreso tan inequitativa como la de Africa.La pobreza tiene consecuencias en varias dimensiones.


La más inmediata es el perjuicio que ocasiona a millones de perso nas en su educación, salud y cultura.Desde el punto de vista de las sociedades, la marginación conduce a la desocialización de las personas y a la creación de condiciones propicias para las conductas delictivas, genera un mercado político para la demagogia y el autoritarismo y, en algunas zonas, para el narcotráfico y el terrorismo.


La pobreza está, por lo tanto, entre las causas de problemas de seguridad nacional y hemisférica.Desde el punto de vista económico, la pobreza pone límites a la expansión de los mercados y, por lo tanto, de las empresas que trabajan para los mismos.Los gobiernos, solos y en cooperación, deben encontrar, más allá de la retórica de las declaraciones, patrones de desarrollo económico y de distribución que permitan revertir una historia que, de continuar, agravará problemas políticos, sociales y económicos derivados de la pobreza.

Causas de la pobreza



Las razones por las que tantas personas no pueden satisfacer sus necesidades fundamentales son complejas. Al ser esencialmente de naturaleza política, económica, estructural y social, se refuerzan por la ausencia de voluntad política y por la inadecuación de las medidas que toman los poderes públicos, especialmente en lo que toca a la explotación de los recursos locales.

En el plano individual los seres están limitados por la imposibilidad de acceder a los recursos, al conocimiento o a las ocasiones de disfrutar de un modo de vida decente.

En el plano social, las causas principales son las desigualdades en el reparto de los recursos, de los servicios y del poder. Estas desigualdades a veces están institucionalizadas en forma de tierras, de capital, de infraestructuras, de mercados, de crédito, de enseñanza y de servicios de información o de asesoría. Lo mismo ocurre con los servicios sociales: educación, sanidad, agua potable e higiene pública. Esta desigualdad en los servicios perjudica más a las zonas rurales, en las que no es sorprendente que vivan el 77% de los pobres del mundo en desarrollo. Pero los pobres de las ciudades están todavía más desfavorecidos que los del campo.


Todas estas dificultades afectan más a las mujeres que a los hombres, lo que agrava aún más el problema de la situación respectiva de unas y otros. A pesar de la protección jurídica e institucional, esta desigualdad persiste y se extiende. El rostro de la pobreza en el mundo es cada día más femenino.


La desigualdad que se agrava en el reparto de los ingresos y de la riqueza en el seno de los países y entre ellos, contribuye a consolidar esta pobreza: la consecuencia es que se acrecienta la diferencia entre el 20% más rico y el 20 más pobre. En 1991 la participación en el producto mundial bruto real de los países industrializados --que constituyen el 22% de la población mundial-- era del 61%, lo que dejaba el 39% restante al 78% de la población que vive en países en desarrollo.


Gracias a sus inversiones en recursos humanos, algunos países han conseguido asociar crecimiento económico y reducción de las desigualdades. Dentro de los mismos países varían enormemente los niveles de desigualdad; en las naciones desarrolladas, la diferencia entre el 20% de las familias más ricas y el 20% más pobres va de 4,34 a 1 en Japón, hasta de 9,6 a 1 en el Reino Unido; entre las naciones más pobres, las disparidades son de una amplitud comparable en una gran parte de Asia, donde son de 6 a 1 de media y en el oeste de este continente, en el que la media es de 7 a 1. Pero en la mayor parte de África las diferencias son aún más fuertes (13 a 1 de media) y llegan al máximo en América Latina (17,5 a 1 de media).

Medición de la Pobreza en Latinoamerica



Hay dos definiciones básicas y distintas que se deben considerar. La pobreza absoluta y la pobreza relativa. Se habla de pobreza absoluta cuando supone la carencia de bienes y servicios considerados fundamentales para tener estándares mínimos de vida; son estos: nutrición, salud, vestido y vivienda. La pobreza absoluta se asocia al concepto de privación o miseria. La pobreza relativa es cuando no se tiene el nivel de ingresos, bienes o servicios que son habituales en la población a la cual pertenece el hogar para la satisfacción de todas o parte de las necesidades básicas. Este concepto de pobreza se relaciona con la desigualdad. Con base a estas definiciones se onstruyen líneas de pobreza absoluta y relativa.


Medición de la Pobreza

En Venezuela y en América Latina los métodos más conocidos y usados para la medición de la pobreza son la Línea de Pobreza (LP), las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) y el Método Combinado o Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP). A escala mundial se utilizan el índice de Pobreza Humana para países en desarrollo (IPH-1), el Método Graffar y, más recientemente, la Línea de Pobreza Subjetiva.


1.- La Línea de Pobreza (LP) también conocido como el Método Indirecto, o del Ingreso. A través de un enfoque cuantitativo, con este método, se busca identificar a los hogares cuyo ingreso per cápita es menor al que se requiere para cubrir las necesidades más básicas alimentarías y no alimentarías. Los hogares pobres en situación extrema son aquellos que no alcanzan para cubrir la canasta alimentaría. En Venezuela, la fuente de datos para la aplicación de este método es la Encuesta de Hogares, lo que permite, por su periodicidad, tener cifras de pobreza semestrales. A nivel internacional el Banco Mundial utiliza una línea de pobreza fijada en 1 dólar (PPA en dólares de 1985) diario por persona. En este caso la línea se basa en el consumo. Para América Latina se sugiere una línea de 2 dólares PPA. La fuente de datos para este método es la Encuesta de Hogares por Muestreo. Es un método adecuado para estimar la pobreza coyuntural, es decir a corto plazo.


2.- El método de las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), también conocido como Método
Directo, es recomendado para toda la región latinoamericana por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).5 Intenta acercarse a un enfoque de medición más cualitativo que cuantitativo el cual concibe a la pobreza como un conjunto de necesidades, en vez de concebirla como la carencia de capacidades. La selección y evaluación se realiza con base a la presencia o
no de características de la vivienda como son los materiales del piso, techo, paredes; acceso a los servicios fundamentales como agua, servicio de cloacas. También se toman aspectos demográficos como tamaño del hogar, asistencia de niños/as a la escuela, nivel educativo de los padres. La fuente de datos son los datos del Censo General de Población y Vivienda. Es adecuado para la medición de la pobreza estructural.


3.- El Índice de pobreza humana para países en desarrollo (IPH-1) mide la privación en cuanto al desarrollo humano básico en las mismas dimensiones que el Índice de Desarrollo Humano (IDH). Mide las carencias o pobreza en tres aspectos: Vida larga y saludable (medido según la probabilidad al nacer de no vivir hasta los 40 años); Educación (medido por la tasa de analfabetismo de adultos); Nivel de vida digno (medido por el porcentaje de la población sin acceso sostenible a una fuente de agua mejorada y el porcentaje de niños con peso insuficiente para su edad). Este índice se obtiene como resultado del Índice de Desarrollo Humano calculado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, edición 2005.


4.- El Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP) o Método Combinado o Integrado de la Pobreza es también un aporte latinoamericano.6 En función de que los dos métodos anteriores presentan ciertas limitaciones que impiden una cuantificación exacta de la pobreza, se propuso el Método Integral, que intenta reunir los puntos rescatables de los dos métodos anteriores. Combina el NBI con la variante de la canasta normativa generalizada de la LP, incorpora un indicador de pobreza de tiempo para obtener un índice de pobreza integrado por hogares que permita el cálculo de todas las medidas agregadas de pobreza.


5.- Línea de Pobreza Subjetiva. En este método es necesario destacar que la pobreza objetiva
identifica a los hogares más pobres a partir del ingreso que perciben o los gastos que realizan. La pobreza subjetiva se basa en la percepción de los propios hogares de su situación. Con base a esta distinción se desarrolla el método de Pobreza Subjetiva el cual consiste en identificar la situación de los hogares pobres mediante información subjetiva proveniente de los propios hogares. Las personas que se consideran pobres afirman tener dificultad o mucha dificultad
para llegar a fin de mes con los ingresos mensuales netos que percibe su hogar. En este caso el
ingreso es un indicador monetario de nivel de vida, para lo cual se pregunta a la persona informante por el nivel de ingresos que considera absolutamente mínimo, debajo del cual no
podría vivir.

jueves, 22 de abril de 2010

Latinoamerica bajo la crisis de la pobreza


La pobreza existente en Latinoamérica, es un reflejo de la gran desigualdad que atenta contra el crecimiento económico, que dificulta los procesos de integración e impide que se den las condiciones deseadas para afrontar las exigencias del desarrollo y garantizar la seguridad del continente.


Para América Latina la pobreza ha sido siempre un flagelo en constante evolución, que toma fuerzas y abarca, con sus tentáculos, un elevado porcentaje de la población. A la pobreza, como mal de la sociedad, debe cortársele el paso, combatirla, reducirla progresivamente hasta erradicarla. Es por ello que en nuestros Países, a través de nuestros gobiernos y nuestras sociedades, debemos hacernos eco de la advertencia que hace muchos años lanzó el Sr. James Grant, Director General de la UNICEF, quien señalaba que en pobreza “lo peor todavía esta por venir” y por ello debemos prepararnos para producir las transformaciones necesarias, tomando las previsiones para actuar antes de que sea demasiado tarde.


América Latina esta sufriendo, aunque con menor impacto de lo que pudo haber pasado en otros tiempos,ya que la crisis económica mundial ha comenzado a ceder. A pesar de los avances democráticos, de la construcción de nuevas alternativas de integración como el ALBA, del surgimiento de gobiernos de izquierda y de centro-izquierda surgidos de elecciones en El Salvador, Nicaragua, Ecuador, Venezuela, Brasil, Bolivia, Uruguay, Chile, Argentina y Paraguay, la desigualdad socioeconómica, la pobreza y la delincuencia, continúan planteando retos que requieren urgentes esfuerzos sostenidos e integrales, desde cada país y desde la cooperación regional.